02 marzo 2015

Máximo Galardón


Temblando dije: "Máximo Galardón: tengo
el don feliz de la alegría.
El Hado tiene el corazón complaciente,
por lo visto".

Intenta comprender:
Toda esta bienaventuranza
es mi gran gozo.
¡Me puedo dar con un canto en los dientes
…y me doy!

En la Avenida de los Vientos Perennes
desperté. Al abrir los ojos
no vi Sol
…sino soles.
Andaban a mi paso por la calle.
Me iluminaban
y me daban calor
sin fiebre.
Se hundió en la taza el tiempo
y su rugosa variedad
fue suave.

La soledad alegre de los parques
me agradaba por ti.
Deseaba por ti
que llegase la verde primavera
a hacer del mundo un bosque.

Temblando dije: "Tengo
el felicísimo don
de la alegría.
¡No hay galardón mayor!
¡Me puedo dar con un canto en los dientes
….y, de hecho, me doy!".

Miré al cielo, hice un brindis:
"Por la calma y bonanza de este cielo,
por este Sol, que aleja
sobresalto y angustia,
por los mares de Calma y de Sosiego
que sé que hay en la Luna;
por
toda esta
mi bienaventuranza…
…mi gran gozo.

Ciudad Futuro


No está en mi voluntad
estar enamorada como estoy
de este sol que me ciega,
esta luz deslumbrante
que no me deja ver
el bien ni el mal
y me transporta siempre
apasionadamente
entre sus rayos de amor furioso
que dice a gritos que el temor
es mentira.
No está tampoco en mí
amar a los habitantes esta ciudad hermosa,
los que roturan estos campos semánticos
donde la noche es tibia y luminosa
y el invierno, más cálido que el fuego.
Ha estallado la luz,
estoy enamorada de este sol que me ciega.
No está en mí rechazar
esta ceguera:

Tantos,
tantos soles brillan ahora junto a mí
que ya no puedo discernir el mal del bien
y sólo acierto a decir "sí" con la cabeza...

... Cuantísimos soles me deslumbran
en esta
tu villa,
tantos
como ojos brillantes de habitantes festivos,
tantos como cabellos
en sus cabezas
hermosamente erguidas.

Tantos como sonrisas convierten en rosales
sus anchas avenidas
y tantos como blancos adoquines
perfuman de frescor
sus plazas anchas.

Te sé llena de ilustres moradores,
de ojos castaños
y corazones alegres
y no está en mí no amarte como te amo,
no desearte como te deseo
ni soñarte como te sueño,
a todas horas.
Ciudad Futuro:
Tanto brilla tu sol,
-¡hay tantos soles!-


que sólo sé afirmar con la cabeza
y olvido lo que no eres.

Madrid-Chamartín, circa 1985